Este artículo propone repensar desde la perspectiva de género y de Derechos Humanos el rol de las mujeres en el cuidado de la “casa común” (ambiente). Actualmente, se propone y prescribe discursivamente el rol llamado a cumplir por “la mujer” en la mitigación de problemas y conflictos ambientales, la sostenibilidad del ambiente y el cambio climático. Estos roles deben ser, cuando menos, problematizados pues impactan en procesos identitarios individuales y colectivos, perpetúan los estereotipos y prejuicios de género, en desmedro de los derechos básicos de las mujeres. Apareciendo éstas en ciertos discursos ambientalistas y en las estrategias que implementan los Estados como un recurso imprescindible para el ambiente, (de)limitando así una identidad y una ciudadanía. Sin embargo, las mujeres continúan viendo limitada su capacidad en el acceso y gobernanza de los recursos naturales, la propiedad de la tierra, los recursos financieros, la obtención de empleos formales, sin protección social,
sin paridad de condiciones, limitado el acceso a la justicia como derecho y como medio para vehiculizar los otros derechos. Se da un desfase entre el ideal prescripto discursivamente y las condiciones de posibilidad.